FERNANDO FERNÁN GÓMEZ
En otras madrugadas tomábamos un whisky,
tu voz de obispo viejo
alborotaba el claustro de la noche.
Fernando Fernán-Gómez,
en otras madrugadas pasábamos la calle
e hilvanabas tu historia confusa y galdosiana.
Yo siempre aprendí mucho
de tu palabra honda
(y no digo las cuerdas, sino el alma).
Ahora, muy abroquelado de silencios,
escuchas en la noche la vida y su murmullo
escuchas tu dolor, tu pensamiento,
quizá nos quieres más a los amigos
con quien te gustaría estar en la alborada
diciendo las canciones de la guerra, tu
eras rojo,
y volverás a estar, Fernando, amor,
porque la vida tira de tu vida y por nosotros
FRANCISCO UMBRAL, 2000
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