viernes, 15 de febrero de 2019

El tiempo detenido




Febrero, Viernes 

Ahora que nadie lee lo que escribo porque hace tiempo que me he ido de las páginas de los periódicos y de los escaparates de las librerías, vuelvo a utilizar estas palabras cansadas y sonámbulas. Quisiera uno hablar de algunas cosas y tal vez un poco de uno mismo, poder respirar el aire frío de un domingo de invierno o sentir en la duermevela de la madrugada que un cuerpo de mujer está a tu lado para poder escuchar la respiración profunda del sueño.

Mi cara y mis gafas se han ido desdibujando poco a poco en la memoria del gentío y mis libros languidecen en las bibliotecas de barrio o los destruyen las editoriales para que no ocupen espacio en los almacenes del extrarradio.

Marzo, Lunes

La actualidad desde aquí arriba sigue igual de interesante, el problema es que no me han dejado traer la olivetti y no consigo escribir nada a mano en unos cuadernos que he encontrado por aquí. Mi caligrafía está cada vez más ilegible, sin embargo me gustaría escribir poemas en prosa que después nadie iba a entender. 



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