Octubre, Viernes
He vuelto a releer "Diario de un escritor burgués" después de algunos años, esta vez en la nueva reedición publicada por Austral. Recordaba aquel libro publicado en Destino y las pequeñas anotaciones que Umbral fue escribiendo y sus páginas subrayadas con lapiz que leí el año de la selectividad. El frío, las enfermedades y los artículos que ha de levantar cada día son los protagonistas de este diario escrito durante el año 1977. También aparecen proyectos de libros como "Diccionario para pobres" o "Ramón y las vanguardias" que los irá escribiendo entre visitas a Barcelona, consultas con los médicos y amores diurnos que envenenan su corazón. Madrid y su apartamento vacío, la casa en las Rozas con sus gatos y sus cipreses son los espacios por los que transita Francisco Umbral como un insomne que sigue escuchando el ruido de la calle y que sale a pasear por los campos del extrarradio. Las páginas más dolorosas son aquellas en las que surge el recuerdo del hijo como la única verdad que tuvo su vida, cuando era alguien y ya no recuerda quien.
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