Donde el ocio sombrío
y la mano que acaricia
detrás de su aspereza,
también alma.
Donde la risa nunca
consumada,
donde la luz fermentada,
luz-cloaca,
también alma.
Alma solo para eructarla.
Alma como la noción de la nada.
Alma-hambre,
como honda
intemperie
de la carne.
F.P. (1955)
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