"Lo que deseo decir es que yo tenía una espada de madera y quizá aquella fue la última espada del Reino de León. Habíamos llegado a la ciudad en una tarde de calor, en un tren de tercera, por la llanura castellana, hasta que las orillas del paisaje fueron poniéndose verdes, al llegar a la provincia. Cerca ya de la capital, había chopos y álamos en inesperadas formaciones, afilados, cortando la rica brisa del verano en largas rebanadas que entraban por las ventanillas del tren y nos daban en la cara y en el flequillo al otro chico y a mí".
Así comienza "Días sin escuela" un relato-largo o novela-corta de Francisco Umbral.
Septiembre de 1965. Francisco Umbral recibe el premio del Concurso Literatura Novela Corta, convocado por la Excma. Diputación provincial con motivo del Vº Día Provincial de las comarcas leonesas (XI Certamen de exaltación de valores leoneses). 10.000 pesetas.
Descubrí el texto "Días sin escuela" en internet, en un pdf amarillento escaneado de una vieja revista con algunos dibujos y me pareció un cuento, tal vez un poco largo para ser un cuento y no le di ningún valor hasta que lo he leído estos días y me ha sorprendido inesperadamente.
En aquel año, 1965, Francisco Umbral publicó sus primeros libros, o sea "Tamouré", "Balada de gamberros" y "Larra, anatomía de un dandi", es decir, un libro de cuentos, una pequeña novela y un ensayo, por eso entiendo que este relato, al que el autor colocó la palabra "Novela" debajo del título "Días sin escuela" inaugura lo que después fueron las novelas de la adolescencia de Umbral en Valladolid y que fueron muchas, desde "Las giganteas", "Las ninfas", "Los males sagrados" o "Memorias de un niño de derechas" y algunas más, como "El fulgor de África".
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